Los taxistas de Málaga dejaron sin servicio público a la ciudad durante doce horas entre la tarde del jueves y la mañana de ayer. Con la protesta, convocada sin previo aviso tras un incidente entre un grupo de taxistas y dos policías locales en la explanada de la estación de trenes, los conductores profesionales consiguieron doblar el brazo del Ayuntamiento a falta de un mes y medio para las elecciones municipales. El consistorio gobernado por Francisco de la Torre (PP) se comprometió a atender algunas de sus peticiones históricas, como extremar la vigilancia en el entorno de la estación para evitar el intrusismo o revisar las fotografías del vehículo de videovigilancia de la policía local para que las multas por parada o estacionamiento indebido no tengan efecto cuando se trate de subidas y bajadas de viajeros. Los taxistas exigieron, y obtuvieron, estos compromisos por escrito en un documento de cinco puntos.
Tras la reunión celebrada en la mañana de ayer entre los responsables policiales y los representantes del sector del taxi, De la Torre recordó que la policía local tiene que cumplir las ordenanzas. Sin embargo, manifestó su propósito de "hacer un esfuerzo" para que, entre otros aspectos, haya una mayor "flexibilidad" a la hora de poner las multas, informa Europa Press. El regidor malagueño achacó la tensión en el gremio a la crisis económica. "Los malagueños usamos menos taxis y el sector lo nota (...) el del taxi es un servicio público muy necesario y queremos que el sector esté lo más feliz posible", afirmó De la Torre.
El detonante de la protesta fue una trifulca el pasado jueves entre un grupo de taxistas y dos agentes de policía local que acudieron a la explanada de la estación y exigieron a dos taxistas que retiraran su vehículo. Los profesionales habían aparcado incorrectamente en una zona reservada para coches con chófer sin distintivo contratados en origen por el cliente.
Los policías entraron a hacer una ronda por la estación y al salir encontraron de nuevo los taxis mal aparcados. Al sacar el boletín de multas, un grupo de taxistas les rodeó increpándoles. La tensión fue en aumento, y según algunas fuentes del sector del taxi, uno de los agentes llegó a sacar su pistola reglamentaria. Al poco tiempo llegaron refuerzos policiales acompañados del coordinador de seguridad del Ayuntamiento, Florentino Villabona. La situación en la estación se calmó, pero los taxistas iniciaron una marcha con sus vehículos hasta el Ayuntamiento, donde realizaron una pitada. Posteriormente llevaron su protesta hasta la jefatura de la Policía Local y la explanada de Martiricos, donde realizaron una asamblea.
"No somos un sector para la recaudación municipal", advirtió Rafael García, presidente de la mayoritaria Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (Aumat).
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