DONOSTIA. El violento atraco sufrido el viernes por el taxista pasaitarra Mikel Hontoria, que recibió 14 puntos de sutura en la oreja debido al corte producido por su agresor, ha sido un toque de corneta dentro de este gremio para tomar conciencia del ascendente clima de agresividad que sufren.
El presidente de la Asociación Guipuzcoana del Taxi (Agitax), Emilio Fernández, explica a este diario que "en los últimos dos o tres años" los incidentes con viajeros se han incrementado de modo notorio. "Se están notando más discusiones", recalca el responsable de esta agrupación, quien, en todo caso, matiza que el ataque y robo padecido por el conductor de Pasaia es un hecho aislado.
Con todo, Fernández es consciente de que los actos violentos reflejan una tendencia ascendente que, quizá, tengan alguna relación con la crisis. Sí que observa un incremento de actitudes "incívicas", lo que ha provocado que los taxistas guipuzcoanos conduzcan con "más intranquilidad", si bien el territorio no es un medio tan hostil como las grandes ciudades.
Uno de los desagradables incidentes que más se repiten en los últimos años es la "gente que se va sin pagar del taxi". "Hemos notado un aumento de este tipo de casos", señala Fernández.
No obstante, el delito que se ha extendido como una balsa de aceite son "los pequeños robos". "Ves que te van faltando cosas, como por ejemplo algo tan simple como las revistas que solemos leer nosotros o el cliente", declara Fernández, quien se reconoce sorprendido por estos hurtos carentes de valor.
Sí resulta más preocupante el robo de los móviles de taxistas, lo que ha llevado a los conductores a "resguardar más" las cosas. "Antes llevábamos los teléfonos a la vista y ahora los protegemos más", valora este profesional de las cuatro ruedas.
Fernández concluye que esta falta de civismo que se ha acrecentado en los últimos años se de debe a la extensión en la sociedad de "ese afán de me pillo todo lo que puedo".
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