miércoles, 21 de noviembre de 2012

La ordenanza del taxi no discriminará por vestimenta pero sí a los enfermos de sida


Los clientes podrán elegir un vehículo en la fila, excepto en aeropuertos

Los nuevos conductores deberán tener la ESO para optar a una licencia



 Madrid 


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Parte del grupo de mujeres taxistas que reclamó cambios en la ordenanza. / ÁLVARO GARCÍA
Las taxistas de Madrid no tendrán que llevar medias ni calzado cerradocuando conduzcan en verano. La nueva ordenanza reguladora del taxi, que previsiblemente será aprobada en el próximo pleno municipal, ha incluido parte de los cambios que demandaba el colectivo de conductoras, que suponen más de un millar de las 15.700 licencias de la región.
La comisión de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid aprobó este martes parte de las alegaciones y modificaciones presentadas por la oposición y asociaciones del sector. El texto final se hace eco de algunas demandas pero olvida otras que generaron polémica en las últimas semanas.
 Por ejemplo, el artículo que impide optar a una licencia a los enfermos de sida (“enfermedades infectocontagiosas”, recoge el texto) se mantiene, según señalan fuentes municipales, pese al rechazo que provocó la recogida de más de 78.000 firmas en internet.
El entonces portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo (que dimitió por el caso Madrid Arena) aseguró a finales de octubre que el artículo “se podría suprimir si supone un problema”, algo que finalmente no ha ocurrido. Los tres grupos de la oposición habían planteado alegaciones sobre este asunto. También se mantiene la exigencia del certificado de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) para quienes quieran obtener una licencia, aunque no se solicitará ese título a quienes ya la poseen.
Un grupo de mujeres taxistas, que ayer se reunieron con la alcaldesa Ana Botella, le habían pedido además por carta que eliminara la posibilidad de que el cliente pueda elegir el vehículo que quiera en las paradas de taxis “salvo en aeropuertos y estaciones ferroviarias o de autobús”, recoge la ordenanza. Las conductoras alegaron, como también hicieron asociaciones del sector y la oposición, que esta medida podría ser discriminatoria. Los usuarios podrían despreciarlas “por machismo”. En su opinión, es además fuente de “inseguridad”, ya que estarían expuestas “a las malas intenciones de algunos que verían en esta parte del colectivo un blanco más fácil”.

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