La Unión Europea (UE) ha logrado un acuerdo para introducir más flexibilidad en los límites a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los coches, lo que da más margen a los fabricantes para cumplir con los objetivos fijados para 2020.
Según la presidencia irlandesa de turno de la UE, el pacto no sólo protegerá el clima, sino que ahorrará dinero a los consumidores, estimulará la innovación y la competitividad de la industria automovilística europea y contribuirá a la creación de empleo.
En cambio, Greenpeace opina que el acuerdo, aún pendiente de aprobación formal por los Veintisiete, compra tiempo para los fabricantes de marcas de alta gama como BMW y Mercedes y es el resultado de una intensa campaña de presión por parte de las autoridades alemanas.
La organización ecologista afirma que en la práctica supondrá un nuevo retraso de dos o tres años en la aplicación de las normas de emisión de carbono de los automóviles vendidos en Europa.
La UE fijó en 2008 un objetivo de reducción de emisiones para turismos nuevos de 130 gramos de CO2 por kilómetro para 2015 y de 95 gramos por kilómetro para 2020, y encargó a la Comisión Europea (CE) que desarrollase una propuesta con posibles modalidades para cumplir con esos límites.
La CE presentó su propuesta en julio de 2012 e incluyó una fórmula conocida como "supercréditos", que permitía a los fabricantes de coches contabilizar sus ventas de vehículos menos contaminantescomo parte de sus esfuerzos por reducir emisiones, aunque recalcó que esta flexibilidad debería ser limitada.
Alemania, por su parte, ha peleado por ampliar esta opción lo máximo posible, pese a las críticas de las organizaciones medioambientales.
Según el acuerdo cerrado entre el Parlamento Europeo, la presidencia irlandesa de la UE y la Comisión se mantiene el objetivo de reducción para 2020, pero se introducen ciertas "lagunas" en el planteamiento de los supercréditos que en la práctica implican un retraso de la medida hasta 2022 o 2023, consideró Greenpeace.
En concreto, se permitirá que los coches con emisiones bajas cuenten el doble en el cómputo de emisiones medias por fabricante en 2020 y vayan disminuyendo a partir de ese momento, lo que dejará la media real por productos en hasta un 97,5 gramos por kilómetro.
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