La Gremial del Taxi acogió en su sede durante un año un puesto informativo de Sinergia, la empresa investigada en el caso de los cursos de formación falsos
Durante más de un año, la principal empresa de la trama de los falsos cursos de formación de la patronal madrileña tuvo un puesto de información en la oficina principal de la Gremial del Taxi. En la sede de la calle de Santa Engracia, José Luis Aneri y sus empleados captaban alumnos entre los conductores del sector. “Seguro que consiguió centenares de nombres”, admite Julio Moreno, presidente de la gremial.
Los taxistas que facilitaron sus datos en aquel stand hicieron cursos de conducción o de primeros auxilios, según Moreno. A cambio, Aneri les ofrecía distintos regalos, como tablets o cheques regalo de El Corte Inglés, añade el presidente de la Gremial del Taxi, la mayoritaria en la capital. Pero sus nombres también aparecen en listados de otros cursos que no tienen que ver con su sector y que no realizaron.
A algunos conductores les han llamado desde el Juzgado de Instrucción 9, que ha abierto una investigación actualmente bajo secreto de sumario, para decirles que sus nombres aparecen en más de una docena de estas actividades.
La Gremial no gestionó ayudas directamente como la veintena de asociaciones empresariales involucradas en el caso, según explica su presidente. En este caso, los propios taxistas podían acceder a la conocida como formación bonificada. Las empresas pequeñas (o los autónomos con asalariados, como ocurre en este caso) tienen derecho a subvenciones para formación. A las empresas que tienen entre uno y seis trabajadores, le corresponden 420 euros anuales de ayuda.
Ofrecer regalos para captar alumnos es una práctica irregular que la Fundación Tripartita (el organismo que gestiona la formación y en el que participan la Administración, los sindicatos y la patronal) persigue desde hace años. Entre otros motivos, es una conducta perseguida porque los obsequios no se pueden computar como costes de formación. “Cuando la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo recibe información sobre la publicidad de las entidades que ofrecen obsequios por inscribirse en cursos de formación para el empleo, da traslado de la misma al Servicio Público de Empleo Estatal para que inicie las actuaciones de seguimiento y control que estime convenientes”, anunciaba la institución ya en 2012.
El presidente de la Gremial asegura que se dieron regalos a los taxistas y también a cargos públicos. “No podíamos saber que escondían una estafa, nos enteramos a través de la prensa y nos quedamos muy sorprendidos dada la buena relación que había”, justifica.
A cambio del puesto informativo en sus oficinas, Sinergia financiaba un programa de radio de los taxistas en la cadena Cope e insertaba publicidad en su revista interna bimensual. La Gremial tuvo durante todo ese año una relación “muy cordial” con la consultora de Aneri, según Julio Moreno.
El responsable de la patronal del taxi madrileña relata que José Luis Aneri invitó a la junta directiva a comer en un restaurante del paseo de La Habana y que les llevó de viaje a Andalucía. Entre otras paradas, visitaron su finca de Córdoba. Este inmueble fue abonado por la esposa de Aneri en un solo pago de más de un millón de euros, según ha constatado la investigación policial.
El caso de los cursos de formación falsos se instruye en el juzgado número 9 de Plaza de Castilla. La investigación ha señalado por el momento que la trama recibió entre 2010 y 2013 más de 17 millones procedentes de subvenciones públicas. Al menos 12 millones corresponden a fondos estatales y otros cinco millones de dinero de la Comunidad de Madrid, con capital procedente de las cuotas de los trabajadores y del Fondo Social Europeo.
De los 13 detenidos hasta ahora por su vinculación con la trama, el empresario cordobés José Luis Aneri es el único que sigue en prisión, desde el 1 de marzo en Soto del Real. La Fiscalía también ha pedido cárcel para Alfonso Tezanos y Víctor Porta, los dos empresarios que introdujeron a Aneri en el mundo de la formación en Madrid y sobre los que existen varios indicios que prueban que no solo ayudaron a Aneri a montar sus empresas de formación. La policía les imputa la construcción de un supuesto entramado de empresas para blanquear capitales. Al mismo tiempo, también hay pruebas de que ellos utilizaban el mismo sistema de Aneri, es decir, organizar cursos falsos con alumnos inventados para conseguir subvenciones públicas.
Anda que si esto le pasa a José Luis Funes, madre mía la que se hubiera armado.
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