Las esperas en la parada aumentarán en 2014
La EMT prevé nuevas caídas de viajeros e ingresos
Los vehículos estarán más envejecidos y peor mantenidos
El autobús municipal que le lleva al trabajo a diario o en el que va a visitar a su familia los fines de semana será más viejo (y estará peor mantenido) el año que viene. Su conductor, aunque usted quizá no lo sepa, cobrará menos, mucho menos. Y usted tendrá que esperar bastante más tiempo en la parada a que llegue, porque la Empresa Municipal de Transporte (EMT) planea seguir reduciendo su frecuencia de paso en 2014, tras los tres recortes sufridos este año. Próximo objetivo: los buses que circulan en festivos.
Todo ello, según el Ayuntamiento (en manos del PP desde hace 22 años), porque ha bajado el número de viajeros y cada vez cuesta más cuadrar las cuentas. De enero a agosto, el transporte metropolitano cayó según el Instituto Nacional de Estadística un 7,9% en Madrid respecto del mismo periodo de 2012; ese descenso fue menor en la EMT, alrededor del 2% entre enero y septiembre.
Los presupuestos para 2014, a los que tuvo acceso EL PAÍS, estiman una demanda de 395 millones de viajeros, frente a los 420 millones calculados para este año (un 6% menos). También disminuirá el servicio prestado (un 1,7% en kilómetros recorridos por los autobuses), fundamentalmente en los días festivos, según señala el documento. Este año ya se han producido tres recortes de servicio, que han afectado a la frecuencia en 36 líneas; además, se han suprimido los buhometros.
“Botella, cesada”
- Jaime Lissavetzky(PSM) es tajante: “Debemos salvar la EMT”. “Si fuera una empresa privada, Ana Botella hubiera sido cesada por su pésima gestión. Recibió la EMT con superávit y ahora tiene déficit. Ha expulsado a los viajeros de los autobuses y ha hecho que la valoración del servicio caiga en picado”.
- “Es el último eslabón de una cadena de decisiones que abocan a la pérdida de calidad de los servicios municipales. Ayer fue la limpieza, hoy el transporte, y mañana ya veremos”.
- La edil Ruth Porta (PSM) denuncia “la postura sumisa” de Botella en el Consorcio de Transportes, donde “es un mero convidado de piedra” frente a la Comunidad.
La EMT prevé cerrar sin déficit el presupuesto de 2014, gracias sobre todo al incremento en la aportación económica del Consorcio Regional de Transportes (pasa de 1,07 a 1,13 euros por viajero), pero también a que los empleados deberán bajarse el salario un 7%, según la propuesta de convenio colectivo que ha presentado la empresa. El concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, prometió ayer que no se producirán despidos el año que viene.
La EMT se gastará 13 millones de euros el año que viene en la compra de 42 autobuses de gas natural; ahora cuenta con 791 de este tipo y 20 eléctricos; el resto, 1.144, son diésel. La empresa ha ampliado en cualquier caso la vida útil de todos sus vehículos hasta los 15 años; así, el año que viene habrá 115 autobuses que superen los diez años de antigüedad.
Paradójicamente, también ha reducido (el 9,3% este año, el 2,8% en 2014) el gasto en mantenimiento, “principalmente por la reducción en reparaciones y conservación”. Queda pendiente de saber cómo enjugará el Ayuntamiento las pérdidas de nueve millones con las que cerrará este año la EMT, fruto de la quiebra de una empresa de publicidad que le debe 7,9 millones. La reforma local del Gobierno prohíbe a las empresas municipales incurrir en déficit so pena de liquidación. La EMT se había librado del plan de reestructuración precisamente por sus números rojos “poco significativos” (681.000 euros en 2011 y 144.000 en 2012).
Se la obligó sin embargo a vender propiedades para rebajar deuda (168 millones) y a adoptar "medidas para adaptarse a la demanda actual de transporte público". Es decir, a recortar su servicio.
Lo segundo va viento en popa. Lo primero, no. La EMT lleva desde julio intentando adjudicar sus antiguas cocheras en el distrito de Carabanchel; el precio inicial de 33,3 millones ya se ha reducido a 18,7, pero podría quedar en 15,6... o en nada. Así, las pérdidas de nueve millones se convertirían en un agujero de 42. Toda la oposición ha votado contra estos planes, que Jaime Berenguer (UPyD) consideró propios de “un pollo sin cabeza”.
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