La taxista y el vicepresidente. La mañana de ayer sirvió de espejo para mostrar la macedonia que era el consejo de administración de la CAM.La primera en comparecer fue Elia María Rodríguez, una taxista que llegó al órgano de dirección de la caja por sorteo de los impositores y en la que sus ganas de progresar se impusieron por encima de su nula preparación: «¿Quién no aspira a más en esta vida?», se preguntó la taxista, que reconoció que los miles de euros en dietas le venían muy bien y que se apuntó a todos los viajes que le ofrecieron para irse con su marido a Canadá, Chicago y París a costa de la caja.A continuación fue Javier Bernal, consejero por las corporaciones locales y ahora vicepresidente del Gobierno de la Región de Murcia. Bernal aputó hacia la manipulación de las actas del consejo: «No se facilitó el informe del Banco de España sobre la CAM. Sería absurdo que nadie dijera nada después de oír lo que ponía». Bernal, que no fue a ningún viaje, señaló que las dietas le parecían escasas. Además, también puso en cuarentena el acta que aprobó el aumento de las retribuciones a los directivos.Por la tarde, la consejera alicantina Natalia Ferrando señaló que el comité de dirección de la CAM era el que decidía con el apoyo de los partidos políticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario