Compromiso y Experiencia

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sábado, 7 de septiembre de 2013

Madrid Dosmil Miente

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Hace años, cuando yo era inocente y aún creía en las buenas intenciones de este país, me habría gustado disfrutar de unos Juegos Olímpicos en Madrid, mi ciudad natal. Imagina la cantidad de anécdotas que podría sacar desde mi taxi, con usuarios de todas las partes del mundo, para luego escribir sobre ello en este blog, o incluso sacar un libro de la experiencia.
Sin embargo, desde que la corrupción política se ha instalado para quedarse, desde que día tras día salen escándalos nuevos pero nunca, en ningún caso, se depuran responsabilidades sino que cunde el silencio, o el “y tú más”, y nadie pisa la cárcel y siguen campando a sus anchas como si no pasara nada, ya dejé de confiar en todo aquello que a la sazón surja de iniciativas políticas. Ahora, y a su afán por ocultar sus miserias me remito, me ha dado por pensar que toda intención del Partido Popular esconde un rédito oculto que va más allá del interés y el disfrute general. Me refiero, por una parte, a su insistencia por ensalzar el orgullo patrio a través del deporte o del puto peñón de Gibraltar, mientras asfixian lo que en realidad yo entiendo como patria: la sanidad y la educación pública, que esa sí es de todos o al menos lo era hasta que empezaron a desmantelarla en favor de un sector privado siempre insaciable. No es de recibo que los grandes talentos de este país se vean abocados a emigrar mientras anuncian, de darnos los Juegos, inversiones millonarias de dudosa rentabilidad. ¿Quién ganará realmente si al fin celebráramos los juegos? Yo, como taxista, las migajas. No las quiero. El gran montante será, como siempre, para el entorno empresarial del PP: grandes constructoras que figuran como donantes en los papeles de Bárcenas, puertas giratorias que van de la política al consejo de administración de otras… Todas ellas, y ya es casualidad, figuran como patrocinadoras de la candidatura Madrid2020, como buitres carroñeros frotándose las manos ante otro inminente premio a cargo del erario público (si quieres saber más lee este fantástico artículo de Hugo Abarca). Un premio a sumar al de la reforma laboral, la amnistía fiscal, los EREs a la carta y un repugnante etcétera.
¿Se crearían nuevos puestos de trabajo? Por supuesto, pero… ¿a cambio de qué? ¿de más de lo mismo? ¿de seguir enfangados en la misma podredumbre impune, del compadreo infame entre las grandes empresas y el gobierno mientras los españolitos de bien corean orgullosos ESPAÑA OÉ OÉ?
Desde principios de año, con la entrada de las nuevas tarifas, mi taxi luce sendas pegatinas en las puertas traseras con los precios, por su cara interna, y el logo Madrid2020 en su cara exterior (foto), bien visible para todo aquel que use el servicio del taxi en Madrid y ciudadanos en general. Por supuesto, no sólo estoy obligado a llevarlas, sino que además tuve que pagar por ellas bajo riesgo de una fuerte sanción. Así que, a la fuerza, yo también anuncio y patrocino Madrid2020. Y como yo, el resto de los más de 16.000 taxis que cada día circulan por Madrid. Estén de acuerdo o no.
Por eso me posiciono en contra de Madrid2020. Aunque, como digo, aumentaría sensiblemente los ingresos de mi taxi y tendría algo más que contar. Pero prefiero, en fin, ganar menos o inventarme la vida antes que ser partícipe de un país corrupto e idiotizado.

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