Compromiso y Experiencia

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sábado, 2 de noviembre de 2013

Un joven y un taxista ayudan a detener a dos atracadores al grito de «policía, alto o disparo»

Acababan de sustraer presuntamente a punta de pistola más de 100.000 euros en relojes, pulseras y anillos en una joyería de Marbella 

02.11.13 - 01:28 - 
Un joven y un taxista ayudan a detener a dos atracadores al grito de «policía, alto o disparo»
El atraco tuvo lugar el miércoles en esta joyería de la calle Lagasca, en San Pedro Alcántara. :: JOSELE-LANZA
Unos gritos le hicieron asomarse a la calle. Observó a tres jóvenes que huían y decidió salir tras ellos. Un taxista que contempló la escena se le sumó. Los chavales trataron de darles esquinazo trepando por una valla, pero no lo consiguieron. Al final, se vieron atrapados por sus perseguidores, que se quedaron delante sin saber muy bien qué decir.
-«¡Policía, alto o disparo!», gritó el taxista al tiempo que alzaba la mano.
El joven repitió las mismas palabras e imitó el gesto de su improvisado compañero de patrulla.
-«Por favor, no disparen», respondieron ellos.
La intervención de los dos ciudadanos fue crucial para atrapar a dos de los tres presuntos atracadores de una joyería de la que acababan de sustraer, a punta de pistola, unos 100.000 euros en relojes, pulseras y anillos. Sin quererlo, se han convertido en los héroes del barrio.
La escena arranca a las 20.15 horas del miércoles en la joyería Martínez & González de la calle Lagasca, en el núcleo marbellí de San Pedro Alcántara. Un chico entró en el establecimiento y preguntó por una sortija de oro rosa. El propietario abrió la vitrina central para mostrársela creyendo que se trataba de un cliente.
Dos bolsas de alhajas
En ese momento, uno de sus compinches irrumpió en la tienda y empujó al dueño. Mientras uno lo encañonaba con un arma, el otro comenzó a llenar de alhajas las dos bolsas que portaban, según relataron testigos del suceso.
Un ciudadano pasó por la puerta en esos instantes. Le llamó la atención la presencia de un joven frente al escaparate. Miró hacia el interior y vio que apuntaban con una pistola al propietario. Trató de empujar adentro al chico que esperaba fuera para cerrar la puerta y dejarlos atrapados, pero entonces lo encañonaron a él. Pudo salir corriendo y alertar de que se estaba produciendo un robo en la joyería.
Sus gritos provocaron un revuelo entre los vecinos, que empezaron a asomarse de sus casas y sus negocios. Al principio, según explican, pensaron que era una pelea. Pero luego vieron a los tres chicos huir, pistola en mano, y comprendieron que se trataba de un atraco.
Varios hicieron el ademán de salir tras ellos, pero el arma los intimidó. Solo uno lo hizo. Un chico joven, vecino del barrio, que tuvo el arrojo suficiente para perseguirlos. Y el taxista con el que se cruzó, que decidió acompañarlo.
Acorralados
Cuando se vieron acorralados, unos metros más abajo, uno de los ladrones tiró la pistola, que resultó ser simulada, y otro soltó una de las bolsas con joyas antes de reanudar la huida. Al parecer, y siempre según los testimonios de testigos recabados por este periódico, el joven la recogió del suelo y siguió corriendo tras ellos.
En esos momentos, apareció un coche patrulla de la Policía Local de Marbella, que lo interceptó creyendo que se trataba de uno de los atracadores. El chico les aclaró la situación y los agentes lo invitaron a subirse en el vehículo para continuar con la persecución.
Los tres fugitivos acabaron metiéndose en un callejón sin salida. Treparon por la fachada de un colegio de los alrededores y se escondieron dentro para dar esquinazo a la policía, que ya había efectuado un rápido despliegue en la zona. Los agentes consiguieron detener a dos de los asaltantes, que resultaron ser menores, ambos de 16 años, según las fuentes consultadas. El tercero, de 18, logró escapar del cerco policial. Los tres jóvenes, de nacionalidad italiana, estaban de paso en Marbella y se hospedaban en una pensión de la localidad.
Los agentes y sus 'ayudantes' consiguieron recuperar entre un 70 y un 80% del botín sustraído, a falta de un inventario más exhaustivo de las joyas, apuntan las mismas fuentes. Los dueños de la joyería se mostraron muy agradecidos ante la rápida actuación de los policías locales. Pero, sobre todo, ante la «valentía» de un joven y un taxista que los emularon cuando ellos estaban de camino.

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