Compromiso y Experiencia

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miércoles, 16 de marzo de 2011

Dos millones de kilómetros sin cargar clientes cada día Amenazan con una marcha para mañana si no se fija por escrito el máximo de 16 horas de trabajo

La regulación horaria en el taxi entra esta semana en su recta final. Mientras las grandes asociaciones del sector y el Ayuntamiento rematan los flecos del acuerdo que limitará el número de horas de trabajo por día y vehículo, otras entidades de base exigen ese acuerdo para ya y por escrito. En el aire pesa la amenaza de una manifestación que transcurrirá mañana entre el paseo de María Cristina y la plaza de Cibeles. El portavoz de los convocantes asegura que están al límite: «Cada día hacemos más de dos millones de kilómetros en vacío».

Desde que se inició la crisis económica, en 2008, todos los sectores se han resentido de sus efectos. Pero en el caso del taxi, la situación se complica porque a la caída de la demanda —hay menos usuarios de taxi— se une un incremento de la oferta —el número de conductores de taxi ha crecido—.

Lo cuenta Francisco Esteban Lucas, presidente de Agetaxi, la organización convocante de la manifestación: «La demanda ha caído un 40 por ciento, mientras que la oferta ha crecido un 30 por ciento; hay ahora 5.500 turnos de trabajo más que hace año y medio. El taxi se ha convertido en un refugio del paro».

Precisamente, para conjugar esa situación, desde las grandes organizaciones del sector —la Gremial del Taxi y la Federación Profesional— se ha instado al Gobierno municipal a que regule un máximo de horas de trabajo por día y vehículo. La Federación, asegura su presidente, Mariano Sánchez, lleva pidiéndolo desde hace más de un año. En la Gremial, su presidente, José Luis Funes, convocó en noviembre un referéndum entre sus asociados, del que salió como propuesta mayoritaria la que ahora se propone: 16 horas máximas de trabajo por día, y 8 de descanso.

Dieciséis... ¿más dos?

El pasado miércoles, el acuerdo quedó pactado entre estas dos asociaciones y el Ayuntamiento, aunque a falta de concretarse, por lo que el coordinador de Movilidad, Fernando Autrán, calificó de «flecos». «La posibilidad de regulación horaria es una realidad y es algo histórico, porque nunca la había habido antes», aseguró a ABC. Pero falta ajustar la medida «porque afecta a empresarios, autónomos, asalariados... Muchos colectivos distintos».

Cree, en todo caso, que el máximo de horas trabajadas serán «esas 16 que piden, aunque tal vez con dos más para los que tengan asalariados y conductores». Eso, acompañado de otras medidas de vigilancia contra el intrusismo en el sector.

Agetaxi no se fía: lo quiere ver por escrito, antes de desconvocar su manifestación. «Si el alcalde o el vicealcalde o quien quieran ellos nos reciben el lunes \[por hoy\] o nos envía un fax en el que se diga que la regulación va a ser firme y que va a ser de 16 horas, entonces desconvocamos el paro». Dieciséis horas: ni una más. Alegan que «ahora hay empresarios que tienen a gente contratada por dos horas, cuando en realidad les hacen trabajar más; aquí tiene que cumplir todo el mundo igual».

Un 25% menos de coches

En todo caso, la limitación de horas de trabajo por vehículo será algo coyuntural, mientras dure la crisis, y revisable anualmente. En eso parecen estar todos de acuerdo. ¿Sus ventajas? Funes y Mariano Sánchez apuntan a la misma: menos taxis en la calle supondrá más trabajo para los que circulen. El presidente de la Gremial lo cifra en «un 25 por ciento menos de taxis circulando cada día» y una reducción de gastos de explotación del 15 por ciento: «De 12 horas de servicio, tenemos cuatro de trabajo efectivo; las otras ocho estamos en posición de libre, gastando combustible, desgastando neumáticos y contaminando el aire».

La regulación se hará a través del taxímetro, que deberá configurarse para esta función. Las 16 horas no serán consecutivas, sino repartidas a lo largo de la jornada. Claro que no a todo el mundo le gusta esta solución: unos creen que resultarán perjudicados; otros que habrá despidos de asalariados. Algunos apuntan a la necesidad de modernizar la explotación del vehículo, utilizando la tecnología, como «sms» o llamadas de teléfono para pedir un servicio. Creen que esta sería una manera de reducir los 60 millones de euros al año que tienen en gastos variables por ir de vacío.

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