Compromiso y Experiencia

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jueves, 24 de marzo de 2011

Embargos a pie por falta de taxi

La falta de medios de transporte dificulta demasiado el trabajo de los Servicios de Notificaciones y Embargos de algunos partidos judiciales. Especialmente si cubren muchos municipios. Su función consiste en entregar en mano cantidad de instancias: desde citaciones hasta sentencias, pasando por embargos o lanzamientos (desahucios por impagos o por no poder devolver la hipoteca).
LAS PROVINCIAS acompañó ayer a las funcionarias encargadas de esta tarea en el partido de Masamagrell, que abarca el propio municipio, Museros, Pobla de Farnals, Rafelbunyol, Puçol, El Puig, Albuixech y Massalfassar, un área de más de 71.000 habitantes que cubren entre dos personas con el apoyo de otro trabajador en la oficina. Su principal problema es que carecen de los taxis necesarios para abarcar toda la zona, por lo que tienen que realizar muchos de los servicios en coches particulares o andando, independientemente de que llueva o truene, como pasó ayer.
Su plan de trabajo establece que los miércoles se dedican, sobre todo, a entregar notificaciones en Masamagrell. Eso sí, la elevada carga de faena les obliga a programar actuaciones en otros pueblos, como sucedió ayer. Tras el papeleo de primera hora en el juzgado, se ponen las botas de agua y los chubasqueros y cogen los paraguas. Empieza la ruta. A diferencia de otros funcionarios (como los policías), es material que deben aportar ellas mismas. Ayer hicieron 19 notificaciones en otras tantas direcciones distintas, incluyendo dos lanzamientos. Son varios kilómetros a pie.
«Tenemos taxis dos días a la semana, que los usamos para ir a los municipios más alejados o con más carga de trabajo, como Puçol», explica una de las funcionarias. Es una cuestión de lógica operativa, pues no podrían llegar a todo el partido de otra forma. El resto de días tienen que apañarse como puedan.
El primer desahucio se practica en Pobla de Farnals. Al carecer de taxis y no haber conseguido que les paguen un bonometro, recurren a los procuradores de la parte interesada para llegar a la zona, donde esperan el denunciante, su abogado, el cerrajero y los policías municipales, que son los primeros en entrar en el inmueble, un pub cuyo arrendatario dejó de pagar.
«Mucha gente depende de nuestra presencia en los lanzamientos. Por eso si caes enferma no puedes faltar. Además, el afectado ya ha estado esperando mucho tiempo el desahucio. Incluso pueden tener nuevos inquilinos», dicen, antes de lamentar la falta de personal para evitar estas situaciones. Fijar un nuevo lanzamiento puede suponer una espera de varios meses más por la cantidad de trabajo que tienen.
El siguiente desplazamiento les lleva a Museros, donde tienen otro lanzamiento. Como carecen de taxis, el procurador del procedimiento anterior les deja en los juzgados, donde les espera con su coche el del nuevo caso. Pierden un tiempo precioso yendo y viniendo. El objetivo es un concesionario de vehículos, y todo se desarrolla con normalidad. Tampoco hay nadie en esta ocasión. Otras veces son más conflictivos. «Nos han llegado a amenazar con quemarse o con tirarse por el balcón», dicen. Incluso en sus entregas diarias les han recibido azuzando perros o personas semidesnudas intentando impresionar o intimidar.
El segundo procurador les deja en una rotonda para continuar a pie con las entregas. Así hasta que termina la jornada. A media mañana hacen un alto para volver al juzgado a recoger más notificaciones. Llevarlas todas desde primera hora sería imposible por su peso. Pero no les proporcionan carros para su transporte. En las dependencias llaman la atención los muebles donados e incluso traídos desde casa.
Pese a conformar la única comisión judicial del partido, el servicio sale adelante, y eso que desde que se puso en marcha el volumen de trabajo ha crecido un 240%, aunque se mantiene el mismo personal. En 2001 entregaron 2.299 notificaciones y en 2010 llegaron a 7.830. ¿Cómo lo hacen? «Te organizas como puedes», sentencian.
Entre las soluciones, además de taxis para las zonas más alejadas, apuestan por que las notificaciones de embargos se puedan enviar por correo certificado. De momento, se les ha autorizado a realizar algunas entregas unipersonales a través de cartas, lo que sin duda aliviará su estrés y sus pies cansados.

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