El taxista fue detenido en la avenida de Sant Jordi. MOISÉS COPA
La denunciante y un testigo incurrieron en contradicciones en su declaración judicial
N. G. G./ L. R. R. | IBIZA J. R. R., el taxista ibicenco de 42 años detenido el pasado martes tras ser denunciado por intento de agresión sexual a una joven turista que llevaba como pasajera, quedó ayer en libertad sin cargos después prestar declaración ante la juez de guardia, que decretó también el archivo del caso, a instancias del fiscal. El taxista estudia emprender acciones legales contra las personas que efectuaron «falsas acusaciones» contra él y por los «daños morales causados», según dijo él mismo a Diario de Ibiza.
La decisión de la juez se produjo por falta de «indicios suficientes para acusarle». En su decisión pesaron también las contradicciones apreciadas en las declaraciones de un testigo y de la denunciante, una mujer mexicana de 26 años que, al parecer, indicó en el juzgado que aunque los hechos ocurrieron, quería retirar la denuncia, acabar sus vacaciones y marcharse de la isla.
Según la versión que dio la joven a la Policía Local de Ibiza, ella cogió un taxi en el Ibiza Gran Hotel para ir hasta Ushuaïa, en Platja d´en Bossa, pero que el taxista la llevó por zonas oscuras en las afueras de la ciudad y que, una vez en el mirador de Cas Mut, le realizó tocamientos por el cuerpo.
Tras quedar en libertad, J. R. R. explicó a este periódico que no había llevado a la joven de modo premeditado al mirador de Cas Mut. «Cuando la recogí, le pregunté adónde quería ir, pero ella no hablaba muy bien y por sus indicaciones creí que se refería a un chalet de la zona de Cas Mut», señaló el taxista . El taxista recalcó que «en ningún momento» la cliente se extrañó del itinerario hasta que llegaron al mirador. «Ella se metió en el coche y me pidió que subiera el volumen de la música. Yo esperaba que al llegar a la zona de Cas Mut, la que yo creía que me había indicado, me guiaría hasta el lugar concreto al que quería ir», añadió.
El conductor del taxi recuerda que cuando se disponía a maniobrar para cambiar de dirección, la pasajera, con el vehículo parado, salió «exaltada» del vehículo y «empezó a gritar que adónde la había llevado». Ante la reacción de su cliente, el taxista dijo que quedó «en estado de shock», ya que no entendía el motivo de sus gritos.
Los gritos de la mujer alertaron a un grupo de jóvenes que se hallaban en el mirador y que posteriormente explicaron a la los agentes que habían visto llegar el taxi y cómo una joven bajaba del vehículo gritando que habían intentado violarla y pidiéndoles que tomaran la matrícula del coche. Esos jóvenes fueron los que dieron aviso a la Policía.
Según el relato de J. R. R., uno de los jóvenes se acercó y le golpeó, mientras otro le insultaba, momento en que la propia denunciante se interpuso entre ellos para evitar la agresión y el conductor del taxi aprovechó para marcharse con su coche.
Minutos después, el taxista fue detenido por la Policía Local de Vila en la Avenida de Sant Jordi y trasladado a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, donde fue fichado e ingresado en el calabozo. Su familia no fue informada de la detención y su esposa, angustiada por la ausencia de su marido, estuvo a punto de denunciar su desaparición cuando hacía casi 24 horas que ignoraba su paradero.
«Me insultaron y se mofaron»
El taxista asegura que durante su paso por la Comisaría recibió un trato desconsiderado por parte de algunos agentes. «Ya me consideraban culpable», afirma. «Me insultaron y se mofaron de mí. Recibí un trato vejatorio y degradante por parte de algunos policías, aunque otros me trataron bien», contaba ayer el taxista poco después de abandonar el juzgado de guardia./Diario de Ibiza
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